Ajustes de precios en SEOJuice

Ser madre de dos niños es una negociación constante. ¿Quién se queda con la última golosina? ¿Cuánto tardará uno en acusar al otro de “mirarlo fijo”? Y, por supuesto, la clásica pregunta: “¿Por qué ha desaparecido el móvil de mamá y aparece bajo el cojín del sofá con YouTube en marcha?”
Poner en marcha una empresa como SEOJuice se parece mucho a la crianza: solo que, en lugar de mediar en peleas por los juguetes, intentamos decidir cuánto cobrar por nuestros servicios sin ofender a los clientes, sin quedarnos en números rojos y sin acabar devorando un litro de helado a las tres de la madrugada.
Hablemos de precios, ¿te parece?
Los primeros días del “Espera, ¿cuánto cobramos?”
Cuando lanzamos SEOJuice, fijar precios se sentía como elegir a qué proyecto escolar de los niños dedicar toda la atención. Ambos reclamaban recursos, ambos eran exigentes y en ambos abundaban los “¿lo estaremos haciendo bien?”
Como startup, todo el mundo te repite: “¡No te infravalores! Cobra lo que vales”. Pero cuando acabas de empezar, ¿cuánto vales exactamente? ¿Una simple moneda? ¿Un millón de dólares? ¿O ese incómodo punto intermedio en el que sientes que cobras poco pero temes que alguien te diga en secreto: “Uf, eso es carísimo”?
Recuerdo sentarme con mi cofundador (léase: la única conversación adulta que tuve esa semana) a hacer números y decidir qué parte del pastel nos correspondía. Debatimos cuestiones como:
- ¿Cómo deberíamos segmentar a nuestros clientes?
- ¿Y si alguien dice: “Es demasiado”?
- ¿Y si todo el mundo dice: “Es demasiado”?
Advertencia: elijas el precio que elijas, siempre habrá quien diga que es demasiado.
Por qué hemos cambiado los precios ahora
Avancemos hasta hoy: SEOJuice está creciendo — ¡bien! Pero ese crecimiento trae consigo una realidad: los precios con los que empezamos ya no tienen sentido. Cuando eres pequeño puedes permitirte cobrar lo justo para mantener las luces encendidas (y por “luces” me refiero a un flujo constante de café y algún soborno ocasional para que los niños guarden silencio en plena llamada de Zoom).
Nuestra tarifa inicial estaba pensada para todos. Cobrábamos honorarios fijos y asequibles, suficientes para mantenernos a flote y aportar valor a los clientes sin reventar su presupuesto. Por ejemplo:
En aquel momento nos centramos en paquetes sencillos todo-en-uno, intentando equilibrar precio y resultados. Pero a medida que hemos crecido, también lo ha hecho la demanda de nuestro tiempo, nuestro conocimiento y nuestra capacidad de hacer magia con las estrategias SEO.
¿Qué hay de nuevo?
Con la nueva estructura de precios presentamos opciones más flexibles y escalonadas para adaptarnos mejor tanto a startups como a empresas consolidadas. Así se ve:
Así que sí, estamos ajustando nuestras tarifas. Piénsalo como pasar del “chollo de mamá” al “mamá sabe lo que vale”.
Por qué fijar precios es más difícil que decidir la cena
Quizá pienses: “Son solo precios, ¿por qué tanto drama?”. Pero fijar precios es como decidir qué cocinar cuando un niño quiere nuggets, el otro espaguetis y yo preferiría un bol de cereales.
La verdad es que el precio no son solo números en una hoja. Refleja tu negocio, tu confianza y tu capacidad para decir: “Sí, lo valemos”. Pero también implica ser justos, porque sé lo que es estirar un presupuesto.
Hemos trabajado mucho para encontrar ese equilibrio:
- Justo para los clientes que nos confían su SEO.
- Sostenible para nosotros, de modo que podamos seguir ofreciendo resultados de primer nivel.
- Suficiente para costear los snacks que necesito para mantener la cordura en jornadas interminables.
Qué significa esto para ti
En resumen, si ya formas parte de la familia SEOJuice, gracias. Tu apoyo lo es todo y estamos comprometidos a aportarte aún más valor conforme evolucionamos.
Si eres nuevo por aquí, no te preocupes: seguimos siendo esa empresa cercana y tranquila en la que puedes confiar. El ajuste de precios refleja que estamos convirtiéndonos en nuestra mejor versión, igual que mis hijos se transforman en… bueno, versiones algo menos caóticas de sí mismos (algunos días).
Reflexiones finales
Cambiar los precios da miedo, igual que descubrir que tu hijo de dos años anda con unas tijeras. Es un acto de fe, una lección de confianza y un recordatorio de que no se puede gustar a todo el mundo, pero sí esforzarse por hacerlo lo mejor posible.
Brindemos por el crecimiento, el cambio y ese latte demasiado caro con el que celebro haber sobrevivido otro día como madre, cofundadora y árbitro accidental. Si tienes preguntas sobre nuestras tarifas (o consejos de crianza — en serio, acepto todos), no dudes en escribirme.
Con cariño,
Lida
Cofundadora, SEOJuice
Madre de dos (y Pacificadora Oficial)
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